La buena acción de un remisero santiagueño dejó al descubierto el robo que sufrió un conocido abogado de esa provincia, a quien le desvalijaron la casa —en el barrio Los Inmigrantes de la capital santiagueña— por una supuesta deuda de 100.000 pesos.

Todo comenzó cerca de las 16.30, cuando el conductor de un auto de alquiler —del barrio Mosconi— se presentó en la Comisaría Octava y contó que minutos antes había trasladado a un joven que sacó y cargó en su vehiculo gran cantidad de bienes de una propiedad y los dejó en un comercio céntrico.

El trabajador del volante explicó que mientras se encontraba trabajando recibió un pedido para una casa en la Manzana C3 del ex barrio Policial, por lo que de inmediato se trasladó hasta la dirección.

Una vez en el lugar, un sujeto salió a recibirlo y le pidió que le abriera el baúl ya que tenía que cargar varios bienes. El supuesto pasajero sacó gran cantidad de electrodomésticos y “llenó” el auto de alquiler con todo lo que pudo.

Luego subió al rodado y le pidió al conductor que lo trasladara hasta una pizzería ubicada en Belgrano y Mendoza del barrio Centro.

El remisero explicó que mientras viajaban, el pasajero le contó que la vivienda desde donde había sacado las cosas era de un abogado, que le debía a él $100.000 pesos, sin dar mayores detalles sobre el motivo de la supuesta deuda y que él se la cobró con los objetos que transportaba.

Al llegar a la esquina céntrica, el sujeto descendió del auto e ingresó al local comercial. Al cabo de unos segundos salió y descargó todo los bienes. Luego le pidió el chofer del remís que lo llevara hacia la ciudad de La Banda.

Mientras el vehículo se dirigía hacia la “Cuna de Poetas y Cantores” el pasajero cambió de opinión y pidió descender en la esquina de Jujuy y Roca, manifestándole al chofer que iba a tomar el colectivo. Abonó el servicio y se bajó.

El remisero, regresó a su base —sobre calle Pellegrini— y le contó lo sucedido a sus compañeros, quienes le aconsejaron que diera aviso a la policía para que no quedara involucrado en un hecho que podría ser ilegal.

Luego de escuchar el relato del remisero, los policías le pidieron que les indicara cuál era la vivienda saqueada. Al arribar a la casa del abogado, los uniformados descubrieron que unas de las puertas de ingreso, tenía la cerradura dañada.

Allí se entrevistaron con una vecina colindante quien manifestó que la casa pertenecía a un abogado de apellido Juárez y que en ese momento no se encontraba, pero que ella lo llamaría por teléfono.

Al comunicarse con el letrado, manifestó que en ese momento se encontraba en la ciudad de Añatuya y que a su vuelta radicaría la denuncia. Según informó la policía al ser consultado sobre una supuesta deuda, éste no reconoció tal situación.

La Fiscalía de turno tomó intervención en la causa y ordenó el secuestro de los bienes desde el comercio, que se identifique, y se ponga tras las rejas al supuesto malviviente.

Más tarde, los uniformados se trasladaron a la pizzería en cuestión y allí se entrevistaron con el dueño, quien en ese momento se encontraba “probando” el funcionamiento de los bienes.

Al enterarse de la procedencia de dicho botín, el dueño del comercio contó que conocía al acusado porque con anterioridad le había comprado una Play Station 4, ya que esta vez le expresó que todo era de su propiedad y necesitaba el dinero porque tenía a su bebé enfermo.

En ese entonces, el comerciante le había hecho firmar un pagaré por la compra del mencionado juego electrónico, por lo que le facilitó a los uniformados todos sus datos personales.

Sobre los bienes del abogado sostuvo que el acusado se los había dejado minutos antes para vendérselos y él no había aceptado tal oferta hasta tanto probara que los aparatos que le llevó funcionaran correctamente.

Por orden de la fiscal todos los elementos fueron secuestrados. /El Liberal

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