Un funcionario policial fue detenido el lunes en Santiago del Estero y retenida su arma reglamentaria, acusado de abusar sexualmente de una adolescente de 17 años con quien había compartido una fiesta y a quien de madrugada ofreció “gentilmente” trasladarla en automóvil hasta su casa.

La investigación está a cargo de la Comisaría del Menor y la Mujer Nº 1 y de la fiscal Jésica Lucas, tras la denuncia de la madre de la víctima, refrendada el domingo a la mañana.

Según el relato de la denunciante, el sábado a la noche su hija se trasladó a una fiesta que se realizó en un domicilio privado en un barrio del norte de la ciudad capital.

Ya de madrugada, la adolescente junto con una amiga comenzaron a pedir (vía telefónica) por un remís, dispuestas a retornar a sus domicilios respectivos.

Pero en ese momento, uno de los jóvenes presentes se habría ofrecido llevarlas, ya que contaba con vehículo propio. Sin oposiciones, las jovencitas aceptaron, se despidieron de sus amigos y ascendieron al automóvil.

A mitad de destino, el joven habría resuelto dejar primero a la amiga de la joven de 17 años y prometido que después haría lo propio con ella, detalla la denuncia de la mamá de la víctima.

Ya solos en el auto, el sujeto habría ingresado por un callejón oscuro y allí detuvo la unidad. Ello generó desconcierto en la adolescente, ya que se encontraban aún distantes de su casa.

Sin palabras, al instante se habría abalanzado sobre la joven. “¿Pero qué haces? Estás mal…”, le habría gritado la jovencita, angustiada, perpleja e intentando frenarlo. –”¿Crees que te traje para nada?”, habría reprochado el conductor, trascendió de fuentes de la investigación.

No hubo más palabras. De nuevo, insistió y terminó doblegando por la fuerza la resistencia de la menor, a quien minutos después terminó accediendo sexualmente.

Saciados sus bajos instintos, el sujeto habría reiniciado el viaje y descendió a la damnificada cuadras antes de su casa, aseguró la progenitora en su presentación ante los policías.

La mujer, visiblemente angustiada, detalló que su hija arribó al hogar llorando y con la ropa en un estado deplorable.

Así, tal cual encontró a la menor, la madre la habría escuchado. Apenas la consoló y aconsejó a lavarse la cara. Después, la condujo a su vehículo y acompañó ante las autoridades policiales.

Ni bien fue alertada la policía, la fiscal Jésica Lucas habría puesto en marcha el contundente andamiaje legal, basado en un ambicioso protocolo y cuyo prólogo está dado por la necesaria y vital contención de toda víctima tras un ataque sexual.

Sin perder tiempo, la Fiscalía requirió el domingo la detención del efectivo policial y la medida fue concedida por la jueza de Control y Garantías de turno, María Pía Danielsen.

No fue todo. Con el mismo ímpetu, la Fiscalía dio pasos decisivos. Primero, garantizó la detención del acusado y arbitró los medios para el inmediato secuestro de su arma reglamentaria.

Asimismo, habría asistido a la jovencita con su equipo de colaboradores, consistente en psicólogos, médicos, forenses y especialistas para intervenir en casos con menores víctimas de abuso sexual.

A contrarreloj, los expertos trabajaron con dosajes de los dos protagonistas. También, tomaron muestras con hisopados y materializado un exhaustivo control de la menor.

También la fiscal ordenó que sea incautada toda la vestimenta que llevaba la víctima y el funcionario policial en la fiesta nocturna.
Pese a que las medidas de por sí solas pareciesen carecer de contundencia, vale subrayar que la funcionaria acaba de nutrir al proceso con pruebas que en pocos meses le permitirán un análisis de ADN.

Ello implicaría quizá la primera estación de una larga batalla judicial por venir. La ciencia aportaría la certeza que se precisa para acreditar y/o establecer el ataque sexual denunciado.
 /El Liberal

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