Después de enfrentar cuatro meses de declive en la comparación interanual, la actividad económica en Argentina registró un incremento del 0,3% en agosto, según datos del INDEC. Este repunte sugiere que la economía podría estar dejando atrás el impacto directo de la sequía, y en los próximos meses, el consumo privado podría desempeñar un papel importante en la recuperación económica.
Este incremento es especialmente destacable en la medición desestacionalizada, donde la actividad económica mejoró un 1,3% en comparación con julio, marcando su segunda subida consecutiva. Sin embargo, es importante señalar que en los primeros ocho meses del año, el indicador acumula una contracción del 1,6% en comparación con el mismo período en 2022.
Según el informe del INDEC, once sectores de actividad que componen el estimador mensual de la actividad económica (EMAE) experimentaron aumentos en agosto, con Explotación de minas y canteras (5,1%) e Intermediación financiera (4,2%) destacándose como los de mayor incidencia positiva en la variación interanual. Además, el sector de Comercio mayorista, minorista y reparaciones creció un 1,3%.
Por otro lado, cuatro sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, con la Industria manufacturera (-3,5%) y la Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-2,8%) siendo los más afectados. Estos dos sectores restaron 0,7 puntos porcentuales a la variación interanual del EMAE. Es relevante destacar que el sector agrícola evidenció una considerable desaceleración en su caída en comparación con el mes de julio, donde la contracción fue del 14%.
Perspectivas para el Segundo Semestre
Si bien la actividad económica en el primer semestre estuvo condicionada por la sequía, en la segunda mitad del año, la inflación y su impacto en el poder adquisitivo jugarán un papel relevante. La subida de precios y el deterioro del poder adquisitivo afectan de manera heterogénea a la población, con un mayor impacto en el sector no registrado.
Sin embargo, las medidas anunciadas por el Gobierno buscan evitar una caída abrupta en el consumo privado. La elevación del piso en la actividad se relacionó con estas medidas, junto con el aumento en la circulación de dinero, ya que las familias buscan resguardar su capital en bienes y mantener el consumo. Además, la erosión del poder adquisitivo de los salarios indexados fue relativamente baja, lo que ayuda a estabilizar el consumo.
A pesar de estos factores, algunos analistas prevén que el adelantamiento del consumo como mecanismo de cobertura podría desacelerarse hacia fin de año, lo que contribuiría a un deterioro económico más significativo. También se espera que la disponibilidad de divisas para importaciones continúe condicionando la actividad de la industria y el comercio.
En resumen, hacia el final del año, se espera que la economía argentina muestre un mayor deterioro, con una caída de alrededor del 1,7% en promedio anual para 2023 y una disminución del 3,5% punto a punto.
