Las estrategias delictivas de robo han avanzado con el paso del tiempo. Tal es así que una nueva modalidad que surgió es la denominada “skimming“, la cual consiste en la colocación de dispositivos ínfimos en los cajeros automáticos que copia los datos y la clave de la tarjeta empleada para retirar dinero o hacer una operación bancaria en la máquina. Por eso es importante prestar atención y tomar todas las precauciones posibles para evitar ser víctima de estafas al momento de ir al cajero automático.
Deslizar otra tarjeta para entrar al banco
En algunas sucursales, o dependiendo la hora del día, es común que para entrar a la sala de cajeros haya que deslizar la tarjeta por un lector en la puerta de calle. Podría aquí estar el primer punto de contacto con el dispositivo que adquiere los datos de las tarjetas, por lo que se recomienda usar una tarjeta distinta a la que se usará para retirar dinero. Tip: con la tarjeta SUBE la puerta se abrirá.
Revisar que el cajero no tenga nada sospechoso
Muchas veces, ante el apuro, el cliente no se detiene a revisar que no haya elementos truchos en el cajero, pero es importante tomarse el momento de hacerlo para evitar hurtos. Algunas de estas partes falsas pueden ser: cámaras diminutas, teclados falsos colocados sobre el real, un microdispositivo dentro o sobre la ranura de ingreso del plástico.
Sobre esto último, es recomendable chequear que la ranura de entrada de la tarjeta esté firme, sin partes flojas, rastros de pegamento o algún elemento que la obstruya o sobresalga. Es importante también prestar atención a la ranura por la cual se entregan los billetes, esta no debe estar abierta ni bloqueada.
Si la pantalla del cajero dice “cajero fuera de servicio” o muestra mensajes anormales tampoco hay que introducir la tarjeta.
Si ve algo sospechoso, no introduzca su clave
En sus “10 recomendaciones sobre el uso de cajeros automáticos”, el Banco Central indica “evitar el uso de cajeros automáticos cuando se encuentren mensajes o situaciones de operación anormales”. Jamás marcar la clave frente a alguna de las siguientes situaciones:
– La máquina no detecta la tarjeta, una vez ingresada, o aparece un mensaje extraño
– Si la tarjeta queda retenida y un extraño se acerca, como para ayudar, y te indica que poner la clave es la única forma de retirarla
– Si la tarjeta quedó retenida pero la máquina no imprime un comprobante sobre la situación
– Si hay un tercero cerca que podría ver tu clave bancaria
Al ingresar la clave, tapar el teclado y ser cauteloso
Aunque parezca una actitud exagerada, hay que ser muy cuidadoso al ingresar el PIN en el cajero automático, y así impedir que posibles delincuentes anoten o graben tu clave.
No aceptar ayuda
Los delincuentes pueden incluso hacerse pasar por personal del banco, por lo cual siempre es mejor evitar la ayuda de terceros en estas situaciones. En el caso de no poder resolver el problema, siempre la ayuda debe solicitarse dentro del banco e incluso en ese contexto nunca debe facilitar su clave a quien lo ayude. El banco nunca te pedirá tu PIN, ni por mail, ni por teléfono, ni en persona.
No usar un cajero siguiendo instrucciones telefónicas de un desconocido
Es muy común que un delincuente se comunique telefónicamente con su posible víctima y le pida que, sin cortar la comunicación, vaya a un cajero y le informe las claves que utiliza. Algunas de las famosas líneas para que la persona caiga en la trampa es indicar que es necesario que siga las instrucciones para levantar un bloqueo de su cuenta, cobrar un premio, o acceder a algún beneficio bancario. Es importante saber que un operador verdadero de la entidad bancaria nunca exigirá una clave de acceso.
Llevarse los tickets que da el cajero
Los tachos de basura que están al lado de los cajeros muchas veces se ven rebalsados de papeles, estos son los comprobantes de la extracción de efectivo. A la hora de retirarse, es importante no sólo verificar haber retirado la tarjeta, sino también llevarse el comprobante que el cajero entrega, ya que este contiene datos sensibles sobre la operación.
El BCRA también aconseja “modificar periódicamente el código de acceso o clave o contraseña personal y memorizar en lugar de escribirla” y sostiene que esa clave no debería ser la dirección personal, ni la fecha de nacimiento u otro número que pueda obtenerse fácilmente de documentos que se guarden en el mismo lugar que la tarjeta. /Crónica
