El sector automotor en Argentina culmina un año con sensaciones encontradas. Las restricciones de divisas y el “cepo” importador impuesto por la administración de Alberto Fernández y Sergio Massa dificultaron la producción y venta de vehículos 0 km. A pesar de las complicaciones, las empresas alcanzaron una rentabilidad histórica, aunque a costa de sobreprecios en modelos desabastecidos.
Con un nuevo gobierno que promete un cambio en el modelo económico, los fabricantes y vendedores ya anticipan el panorama del 2024. Diciembre cerrará con alrededor de 19.000 patentamientos, llevando el total anual a unos 445.000 vehículos. A pesar de superar las cifras de 2022, las proyecciones apuntan a una reducción de 100.000 unidades para el próximo año.
Según fuentes del sector, se plantean tres escenarios para el 2024. Un escenario optimista sugiere una retracción del 20% en las ventas, mientras que el escenario más probable pronostica una baja del 25%. En el escenario pesimista, con un 25% de probabilidad, se prevé una reducción de más del 30% en las ventas de vehículos.
La caída proyectada se relaciona con los aumentos de precios, especialmente notables en diciembre, con subas de más del 40% y picos de hasta el 60%. A pesar de la devaluación del peso frente al dólar, las marcas no pudieron trasladar completamente estos costos debido al tope del impuesto al “lujo”.
El Gobierno de Javier Milei planea modificar el impuesto al “lujo”. Las fuentes sugieren que se eliminará o ajustará este tributo, beneficiando a los consumidores. La eliminación de este impuesto, sumada a la previsión de una baja en las ventas, anticipa un mercado diferente en 2024, con posibles generalizaciones de descuentos.
Se espera una mejora en la oferta debido a la flexibilización en las normas de importación, la eliminación de SIRA y otras restricciones. Este cambio de esquema importador se aplicaría desde esta semana, permitiendo una oferta más variada y la posibilidad de importar vehículos con dólares propios.
La eliminación o modificación del impuesto al “lujo” y un mercado recesivo auguran un cambio en el paradigma del mercado automotor. Se anticipa la generalización de descuentos, con algunas terminales proyectando bonificaciones del 8% al 10%. A pesar de la alta inflación, se espera que los aumentos de precios sean atenuados, generando un escenario más favorable para los consumidores con capacidad de compra.
