El Gobierno argentino ha anunciado un aumento del 15% en el salario mínimo vital y móvil, elevándolo a $180.000 en febrero. Además, se proyecta un aumento adicional del 12% para marzo, alcanzando los $202.800. Estas medidas buscan mejorar las condiciones salariales en el país, sin embargo, aún enfrentan desafíos significativos.
Según datos oficiales, el salario mínimo en Argentina equivale a unos US$215 este mes, ubicándose por debajo de países como Perú, Brasil y Colombia. A pesar de este ajuste, el salario mínimo argentino sigue siendo insuficiente para cubrir una canasta básica familiar o pagar un alquiler.
Laura Caullo, economista del IERAL, señaló que el salario mínimo en Argentina se utiliza más como referencia para la política asistencial que para las relaciones laborales. Sin embargo, el aumento no ha seguido el ritmo de la inflación, lo que ha llevado a una pérdida significativa de poder adquisitivo.
El salario mínimo vital y móvil en Argentina ha perdido un 32% de su valor desde febrero de 2023, aumentando la cantidad de personas alcanzadas por el impuesto a las ganancias y generando dificultades adicionales para los contribuyentes. A pesar del incremento anunciado, el poder adquisitivo sigue siendo limitado, cubriendo apenas el 30% de la canasta básica para una familia de cuatro personas.
En resumen, aunque se ha anunciado un aumento en el salario mínimo, el desafío sigue siendo garantizar que los trabajadores puedan vivir dignamente con sus ingresos y acceder a una calidad de vida adecuada. La situación actual refleja la necesidad de políticas laborales y económicas que aborden de manera integral las necesidades de la población trabajadora en Argentina.