Un efectivo policial fue condenado este jueves a ocho años y seis meses de prisión por balear en la capital salteña a un joven que sufrió heridas que no le permitieron volver a caminar, informaron fuentes judiciales.
Los jueces ordenaron la prisión preventiva del imputado y dispusieron su inmediata detención y traslado a la Unidad Carcelaria 1, ya que había llegado al juicio en libertad.
Asimismo, recomendaron a las autoridades del Servicio Penitenciario provincial que el condenado reciba tratamiento psicológico o psiquiátrico por las características de su personalidad y la naturaleza del hecho cometido.
Además, el tribunal hizo lugar parcialmente a la demanda civil presentada en el juicio, y condenó a Figueroa y a la Provincia de Salta a pagar en forma solidaria, conjunta y mancomunada al damnificado 4 millones de pesos en concepto de reparación integral por los daños causados, más los intereses correspondientes.
Finalmente, los jueces ordenaron remitir a la fiscalía de turno las copias de las declaraciones de dos testigos, efectivos policiales, por la posible comisión del delito de falso testimonio.
El juicio se llevó a cabo con tribunal colegiado integrado por los jueces Roberto Faustino Lezcano, Norma Beatriz Vera y Martín Pérez.
Durante el proceso, representó al Ministerio Público la fiscal Verónica Simesen de Bielke, mientras que la defensa del acusado estuvo a cargo de Sandra Ortiz, y como querellante actuó Raúl Alberto Maza.
Durante los alegatos, la fiscalía había solicitado una pena de diez años de prisión efectiva por el delito de lesiones gravísimas agravadas, y la querella había coincidido en el monto y pidió además que se haga lugar a la demanda civil.
En tanto, la defensa del imputado había solicitado absolución por el beneficio de la duda y, en forma subsidiaria, una condena por legítima defensa.
El hecho ventilado en el debate ocurrió el 13 de marzo de 2013, en el barrio Juan Manuel de Rosas, de la capital salteña.
Ese día el policía disparó contra Estrada, quien sufrió lesiones en la zona de la espalda que le imposibilitaron volver a caminar.
Télam
