Jorge Alfredo Ovejero, de 39 años, se internó en un monte de difícil acceso, a unos 200 metros de la casa que compartía con su pareja, Zulma Janeth Carrizo, de 37; y el hijo de ambos, de 16. En su escondite, el hombre permanecía sentado con una escopeta apuntando hacia su pecho y con una varilla, tipo horqueta de 30 centímetros, colocada en la cola del disparador.

El arma de fuego estaba sin su culata porque el hombre la destrozó con un hacha cuando notó llegar a la Policía. Pocos minutos antes de ser rodeado por la fuerza de seguridad, Ovejero había disparado contra su mujer, a quien le causó heridas en una pierna y un glúteo.

En ese ataque, concretado delante del hijo de ambos, pensó que la había matado porque la víctima había quedado en el piso, desvanecida.

“¡No se acerquen porque me mato! ¡Vi en el celular de ella que me es infiel!”, gritó Ovejero a unos 20 agentes de la fuerza de seguridad, en medio del monte, cercano a su casa del paraje Santos Lugares, a unos 30 kilómetros de la capital de Santiago del Estero.

Pero Ovejero no dio tiempo siquiera a que lo convencieran de entregarse. Accionó la escopeta con con la varilla, se disparó en el pecho y murió.

El hombre tampoco hizo a tiempo de enterarse que su mujer había sobrevivido. Carrizo fue trasladada por familiares en un auto particular al Hospital Regional de la capital de Santiago del Estero y quedó internada pero fuera de peligro.

La tarea policial estuvo a cargo de efectivos de la subcomisaría de Santa Catalina y frente a la investigación judicial quedó el fiscal Alfonso Arce.

¿Cómo se desancadenó el hecho?

El episodio ocurrió el domingo último, durante el Día de la Madre. Y había comenzado con una brutal discusión, informaron fuentes policiales citadas por ElLiberal.com.ar. El nivel del conflicto fue tal que un vecino decidió llamar a la fuerza de seguridad.

Todo empezó cuando Ovejero revisó el celular de Carrizo y leyó un mensaje que, según interpretó, daba cuenta de una infidelidad de la mujer.

El hombre de 39 años la insultó en repetidas oportunidades y corrió a tomar su escopeta calibre 16. Ni bien la agarró, buscó nuevamente a su pareja, a quien le efectuó dos disparos, delante del hijo de ambos.

La mujer quedó tirada en el piso de la casa producto de los tiros y Ovejero pensó que la había matado. Al ver que arribaba la Policía, destruyó parte del arma de fuego con un hacha.

La Policía confiscó un cartucho y la culata de la escopeta que había descartado el atacante (Gentileza ElLiberal.com.ar).

El agresor, de inmediato, huyó con la parte móvil de la escopeta al monte, donde al verse rodeado por unos 20 policías finalmente se suicidó de un tiro en el pecho, al accionar el arma con una varilla./Crónica

Qué te pareció esta nota?
Me Gusta
Me Gusta Me Encanta Me Divierte Me Sorprende Me Entristece Me Enfada

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí