Según la Consultora Ecolatina, la inflación en septiembre marcó la tendencia para lo que resta del año y estará apenas por debajo del 50%, un valor que ya había alcanzado en 2019 cuando cerró con el 54%. El Presupuesto 2021 había estipulado una inflación del 29% sin embargo a mediados de septiembre con la presentación del Presupuesto 2022, el gobierno modificó esa pauta y la elevó al 45,1%. Para este año, afirman que el acuerdo de precios sólo será una solución a corto plazo.

“De acuerdo con nuestros relevamientos, no revertiría su comportamiento en octubre, desdibujando la incipiente desaceleración”, anticipó Ecolatina en un reciente informe.

Porqué la inflación se disparó

“A medida que las actividades económicas reabrían, los salarios se recuperaban y la demanda retornaba a niveles previos, la elevada emisión monetaria le dio combustible a una nueva aceleración del proceso inflacionario, de la mano de un aumento de los dólares financieros. De esta manera, la inflación pasó de la zona del 2% entre abril y julio del 2020 a 3,6% en el último trimestre del año. Peor aún, en el inicio del 2021 la inflación siguió acelerándose, alcanzando un 4,1% promedio en el primer trimestre del año (con un pico en marzo, donde llegó a trepar 4,8%)”, expresó Ecolatina.

En respuesta al aumento de la inflación el gobierno implementó una estrategia: aumentar la cotización del dólar oficial por debajo del resto de los precios. A la vez, postergó la suba de tarifas de servicios públicos y redujo los aumentos de precios regulados. Por último, disminuyó el ritmo de emisión monetaria y reforzó los controles para contener los tipos de cambio financieros.

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Sin embargo esta estrategia no fue suficiente: “la inercia alimentada por la emisión de dinero en 2020, con una elevada brecha cambiaria y mucho terreno por recuperar por parte de los trabajadores y empresarios de rubros golpeados por la cuarentena, junto con la expectativa de correcciones pendientes a fin de año, dificultaron el descenso de la inflación”, explicó la consultora.

El programa Precios Máximos para contener los aumentos de precio al comienzo de la pandemia, se extendió y atrasó la suba de esos productos quedando 15 p.p por debajo de la inflación en 2020. “El desarme del programa (finalizado en junio) aceleró los precios de este grupo de productos, que pasó de mostrar una inflación menor a 1% en los meses de pleno congelamiento a promediar incrementos de casi 4% entre abril y septiembre de este año. Estos bienes tienen un peso relativamente importante sobre la canasta general (casi un quinto del índice) y contribuyeron a una desaceleración más lenta de lo esperado”, sumó.

A pesar de las medidas tomadas, la “tregua” inflacionaria fue breve y Ecolatina estima que la inflación de octubre volverá a estar en torno al 3%.

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Advertencia por abastecimiento

Esta semana el gobierno anunció el congelamiento de precios de alimentos de primera necesidad. El programa fue lanzado por la Secretaría de Comercio y aplicará a 1200 productos. Para Ecolatina, el programa es similar a Precios Máximos “este tipo de políticas puede contener transitoriamente la inflación de un grupo de bienes a corto plazo, pero pierde efectividad a medida que pasan los meses“.

“La suba de costos de las empresas productoras, que no pueden trasladar al consumidor, tarde o temprano deriva en desabastecimiento, estrategias de evasión del programa o directamente, incumplimientos. Así, sin un acompañamiento del resto de la política económica (que permita apuntalar la estabilidad transitoria y su potencial efecto sobre las expectativas con una corrección de desequilibrios de fondo) el único efecto de dichas políticas termina siendo el de postergar subas inevitables. Para peor, los precios de muchos de estos productos ya se encontraban atrasados por el espacio cedido en el congelamiento previo, por lo que la efectividad del programa podría verse comprometida por este factor adicional”, argumentaron.

Preocupación por 2022

En el proyecto de Presupuesto nacional para 2022, el Gobierno postuló que espera una inflación de 33% para el año entrante. Un aumento de precios de dicha magnitud requeriría que el esquema cambiario no se modifique y el dólar siga corriendo por debajo del IPC. Sin embargo el próximo año jugarán un rol importante la normalización del flujo del turismo internacional y los precios de los commodities con riesgo a la baja por lo que ” s probable que no se pueda mantener el actual ritmo de apreciación mensual”.

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Para cumplir la meta presupuestada, la inflación mensual de 2022 deberá ubicarse por debajo de la cifra más baja de este año(2,5%), estimó la consultora y advierten que estas proyecciones “tienen serios riesgos de no poder cumplirse”.

Por último, la inflación internacional se encuentra al alza (en Brasil ya superó el 10%, mientras que en Estados Unidos y Europa se ubica en valores inferiores, pero máximos en una década), un factor que tampoco ayuda a la contención de los precios domésticos.

“En definitiva, la tendencia actual no luce optimista. Aunque los controles anunciados pueden tener efectos positivos en el corto plazo, del mismo modo que los congelamientos de tarifas o tipo de cambio, conllevan en sí mismos la garantía de una suba posterior. Si esa suba efectivamente ocurriera en 2022, las pautas del Presupuesto podrían quedar nuevamente subestimadas”, concluyó Ecolatina.

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