A más de un año del brutal crimen de Nahiara Soledad Miranda, sus padres fueron declarados culpables de golpear con un rebenque a la nena de 3 años hasta matarla en su casa de una zona rural cercana a la localidad de Los Menucos, en  Río Negro.

Los 12 integrantes del jurado popular de General Roca resolvieron que Carlos Rubén Erbín (39) sea condenado por femicidio, mientras que Valeria Miranda (21) fue acusada por abandono de persona agravado por el vínculo seguido de muerte.

Ambos ahora deberán enfrentar un juicio de cesura en el que darán a conocer las penas de prisión: Erbín podrá recibir perpetua y Miranda podría ser condenada entre 5 y 15 años.

El brutal filicio ocurrió el 7 de abril de 2020 en un rancho ubicado en el paraje Las Mochas, a 37 kilómetros de la localidad de Los Menucos, donde reportaron el hallazgo del cuerpo de la nena.

Desde el comienzo, su madre y el padrastro de la nena aseguraron que fue un accidente doméstico, pero los primeros exámenes del cuerpo establecieron el historial de maltratos y violencia que sufría Soledad.

Valeria Miranda (21) fue declarada culpable del crimen de su hija Soledad.

En su exposición del juicio, el fiscal jefe de General Roca Andrés Nelli detalló que la nena “tenía 35 lesiones en la parte delantera y 11 en su parte trasera”, dos de las cuales fueron los golpes mortales en el cráneo, todos perpetrados con un rebenque que Erbín usaba en el campo y que encontraron con sangre, escondido entre bolsas, tras el asesinato.

Además, la víctima tenía lesiones en su cabeza, golpes en su rostro, rotura de los labios, cinco costillas fracturada y una gran quemadura en la zona de los glúteos. También padecía alopecia, heridas en las orejas y una bronconeumonía sin tratamiento.

“Soledad murió abandonada en la caja de una camioneta, como un perro, y a su lado no estaba nadie”, aseguró el fiscal Santiago Márquez Gauna. La causa de muerte fue un hematoma subdural, que le produjo una bronconeumonia, y sufrió una broncoaspiración.

Para la Fiscalía también quedó comprobaron el desapego y la falta de protección por parte de la madre. Márquez Gauna indicó en su alegato que la acusada “no impidió la violencia y luego de su muerte no procuró ayuda”. “Ella sabía de la violencia, no buscó atención médica, la nena era incapaz de valerse por sí misma. Las lesiones eran visibles y muchísimas, era algo que no se podía pasar por alto”, sostuvo.

La violencia física sobre la pequeña empezó cuando el hombre empieza a convivir con ellas, mínimo a partir de diciembre, 45 días previos a la muerte, explicó Márquez Gauna. “Sabemos que este hombre es violento contra las mujeres porque tiene antecedentes, además cuenta con una condena por haber atacado a una persona con un cuchillo. Sumamos la declaración de una ex pareja del hombre, entre otros testimonios, que fortalecen este aspecto”, agregó./Crónica

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