El hecho digno de admirar ocurrió en Buenos Aires, más precisamente en Florencio Varela. Matías comenzó a trabajar en un taller mecánico donde diariamente, entre mate y mate con sus compañeros, aprendía lo básico de la labor mientras que su hermano menor, “Lauti”, limpiaba los autos de sus tíos y amigos quienes le retribuían económicamente por su impecable servicio. Pero ahora, gracias a que fueron beneficiados con el Ingreso Familiar de Emergencia otorgado por el Gobierno Nacional, pudieron comenzar con su pequeño negocio barrial.
“Arrancaron el sábado con 12 autos y no dan abasto con la demanda”, aseguró la abuela, y es que ahora los vehículos de los vecinos desfilan para obtener el servicio de lavado que ofrecen los dos hermanos que son muy queridos en el barrio: “Ellos viven con su hermana y su mamá que trabaja todo el día”, indicó Miriam.
La idea de comenzar con este negocio “es ayudar a su mamá porque hace un mes se mudaron”, además “para ellos esto es buenísimo, son chicos sanos y queridos por la gente, les gusta ganarse su plata aunque mi hija hace todo por darles lo que necesitan”, aseguró.
Y agregó: “Me parece importante que la gente vea que hay cultura del trabajo. Cuando uno quiere, puede”, insistió orgullosa la abuela.