La Agencia Meteorológica de Japón lanzó una alerta de tsunami a lo largo de toda la costa noroeste del país tras una serie de terremotos, destacando uno de magnitud 7,6 en la prefectura de Ishikawa, ubicada en la costa noroeste de la isla de Honshu.
Las autoridades japonesas advierten que las olas generadas por estos eventos sísmicos podrían alcanzar alturas significativas, oscilando entre tres y cinco metros. Sin embargo, se subraya que, dependiendo de la ubicación, la altura real del tsunami podría superar las previsiones.
Medios locales informan que olas de hasta tres metros de altura ya llegaron a las costas de las prefecturas de Niigata y Toyama. Imágenes no verificadas de los daños causados por los sismos, incluyendo grandes grietas en carreteras y casas destruidas, circulan en redes sociales.
El servicio de trenes de alta velocidad Shinkansen fue suspendido, y alrededor de 32.500 hogares en la prefectura de Ishikawa y 90 hogares en Toyama se encuentran sin suministro eléctrico. Se reporta que una estación de ferrocarril en la ciudad de Kanazawa quedó inundada.
Debido a la magnitud de los terremotos, se están llevando a cabo inspecciones en las instalaciones nucleares de Japón. Se informa que, hasta el momento, no se han detectado anomalías en la central nuclear de Kansai Electric Power, en la prefectura de Fukui.
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha instruido al Gobierno para que colabore con las autoridades locales y tome todas las medidas posibles en respuesta a estas catástrofes.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia de la provincia rusa de Sajalín ha declarado una amenaza de tsunami, activando sistemas de alerta en varias partes de la isla. Las ciudades rusas de Vladivostok y Najodka también están bajo advertencia, aunque se estima que la altura de las olas será inferior a un metro, no representando un peligro para la población.
