Olivia, una de las dos pequeñas asesinadas por el filicida de Tenerife, murió a causa de un “edema agudo de pulmón”, de acuerdo al resultado preliminar de la autopsia.
Al cuerpo de la nena de seis años, encontrado dentro de una bolsa en el fondo del mar a unos 1.000 metros de profundidad, se le realizaron análisis toxicológicos, biológicos e histopatológicos, cuyas conclusiones aún no han sido difundidas.
El resultado preliminar del exámen forense ha sido reportado a la prensa española por fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
Tomás Gimeno, el 27 de abril se comunicó telefónicamente por la noche con Beatriz, su expareja, y le advirtió que no volvería a ver más a las hijas de ambos, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, ni a él.
El jueves, en horas de la tarde, un robot submarino del barco oceanográfico Angeles Alvariño, luego de 45 días de búsqueda de las dos niñas y su padre, sacó del fondo del océano, en las aguas de Tenerife, el cadáver de Olivia, la mayor de las dos niñas que se encontraban desaparecidas desde hace un mes y medio.
Por su parte, el buque, que pertenece al Instituto Español de Oceanografía (IEO) y está a cargo de la búsqueda en el mar de Anna y su padre, regresó en las últimas horas al puerto de Tenerife por una avería.
