Luego de que Estado Unidos derribara una globo chino en sus costas, seguido de otros dos objetos más pequeños sobre Alaska y Canadá, de los cuáles aún no hubo explicación oficial pero generó gran preocupación por la seguridad en América del Norte.

Los incidentes comenzaron a fines de enero, cuando un globo chino gigante, al cual funcionarios de Washington calificaron de espía, estuvo a la deriva durante días en los cielos estadounidenses antes de ser derribado el 4 de febrero por un avión F-22 frente a la costa de Carolina del Sur. En tanto, desde China insistieron en que se trataba de una investigación meteorológica.

Por su parte, el Pentágono explicó que el objeto tenía una góndola del tamaño de tres autobuses y que pesaba más de una tonelada, que estaba equipado con múltiples antenas y paneles solares lo suficientemente grandes como para alimentar varios sensores de recopilación de inteligencia.

El viernes, aviones de combate estadounidenses derribaron otro objeto frente al norte de Alaska, que estaba “dentro del espacio aéreo soberano y sobre las aguas territoriales de Estados Unidos”, según explicó el ejército. Lo llamativo era que carecía de cualquier sistema de propulsión o control, según las autoridades.

El sábado, un avión F-22 estadounidense, siguiendo una orden tomada junto Canadá, derribó un “objeto aerotransportado a gran altitud” sobre el territorio central de Yukón, en Canadá, a unos 160 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, por considerar que representaba una amenaza para la aviación civil.

El domingo, cazas estadounidenses derribaron por orden del presidente estadounidense un nuevo objeto que sobrevolaba el lago Hurón, en la frontera de Estados Unidos y Canadá, “por precaución”.

Las autoridades canadienses lo describió como cilíndrico, más pequeño que el primer globo, y la ministra de Defensa, Anita Anand, no quiso especular sobre el origen del artefacto, algo que llamó la atención.

En este contexto, el líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, Charles Schumer, quien fue informado por la administración de Joe Biden luego del último incidente, dijo que los dos últimos objetos probablemente eran globos, “pero mucho más pequeños que el primero”, y que ambos volaban a unos 12.200 metros de altura.

Funcionarios estadounidenses describieron los dos nuevos objetos como del tamaño de un Volkswagen Escarabajo.

Mientras tanto, equipos militares, que trabajan con aviones, botes y minisubmarinos, están recorriendo las aguas poco profundas de Carolina del Sur para recuperar parte del objeto derribado, y la Oficina Federal de Investigaciones asumió la custodia de los ellos para su análisis.

Las operaciones para recuperar el segundo objeto continúan en el hielo marino cerca de Deadhorse, Alaska. “Las condiciones climáticas del Ártico, incluida la sensación térmica, la nieve y la luz diurna limitada” inciden en las operaciones, afirmaron desde el ejército.

Los equipos de recuperación, respaldados por un avión de patrulla canadiense CP-140, están buscando restos del tercer objeto en el Yukón, indicó Anand. El Pentágono señaló que el FBI está trabajando en estrecha colaboración con la policía canadiense.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, aseguró que el globo tenía como misión “vigilar sitios estratégicos en Estados Unidos continental”.

Un exjefe del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen, sugirió que China, o algunos miembros de su liderazgo militar, pretendían socavar intencionalmente la visita prevista del secretario de Estado Antony Blinken a Pekín, que fue suspendida con la intención de estabilizar las relaciones bilaterales, y sancionó a seis entidades chinas que cree que apoyan los programas militares de globos espía.

Estados Unidos sostiene que los globos eran parte de una “flota” que recorrió los cinco continentes.

“Ahora, por supuesto, los estamos rastreando. Así que creo que probablemente encontraremos más cosas”, dijo a NBC Jim Himes, el mayor representante demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

Las autoridades comunicaron que tres globos sobrevolaron brevemente el territorio estadounidense durante el gobierno de Donald Trump, sin ser detectados en ese momento, y uno bajo la propia administración de Joe Biden.

Desde Pekín denunciaron que el derribo del primer globo “viola gravemente la práctica internacional”, y se reservaron el derecho “de utilizar los medios necesarios para hacer frente a situaciones similares”./Minutouno

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