El ministro de Economía, Sergio Massa, continúa trabajando en los aspectos clave de la reformulación del programa de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se espera que el titular del Palacio de Hacienda viaje a Washington en las próximas semanas para la firma del nuevo convenio, aunque no de manera inmediata. Fuentes del Gobierno confirmaron al diario ámbito, que se está considerando la posibilidad de realizar un pago anticipado “para aliviar las negociaciones”, el cual se financiaría utilizando los Derechos Especiales de Giro (DEG) que actualmente posee el Banco Central, equivalentes a aproximadamente $1.700 millones.
“Hasta no tener todo cerrado no va nadie y cuándo esté por escrito, recién ahí viaja a Washington Massa“, afirmó firmemente un alto funcionario en los pasillos de Hipólito Yrigoyen 250, enfatizando la importancia de tener los acuerdos detallados antes de realizar el viaje.
Los detalles y las etapas de la negociación son cruciales. Los adelantos, las fechas de los desembolsos y el porcentaje de los mismos destinados a intervenir en los mercados de divisas paralelos son parte de la letra, no tan pequeña en este caso. Marco Lavagna y Leonardo Madcur estuvieron discutiendo todos estos aspectos con los técnicos del FMI de manera remota, mientras que Massa, a un nivel político superior, mantuvieron conversaciones con autoridades del gobierno de Estados Unidos.
Tanto la Casa Blanca como el Fondo Monetario Internacional parecen no estar interesados en empujar a Argentina hacia el abismo, especialmente en el contexto de un proceso electoral. Sin embargo, a pesar de que Estados Unidos es el principal accionista del organismo multilateral, este tiene una composición mucho más compleja, donde los directores de países con una postura ortodoxa, como Holanda, Japón y Suiza, entre otros, también tienen voz y voto.
El Gobierno debe operar en todos estos niveles para asegurarse de que el acuerdo al que se llegue con el equipo técnico tenga aceptación en el directorio. En los próximos días, Argentina debe afrontar vencimientos con el FMI por casi $3.000 millones. Aunque existen precedentes recientes de que los pagos podrían postergarse algunos días mientras continúan las negociaciones, fuentes gubernamentales adelantaron que se está evaluando realizar un pago parcial de alrededor de $1.700 millones.
Esta cifra no es arbitraria, sino que corresponde al remanente de los Derechos Especiales de Giro (DEG) que posee el Banco Central debido a los desembolsos anteriores del fondo. Según las fuentes oficiales familiarizadas con las negociaciones, este pago anticipado podría “aliviar las negociaciones y demostrar buena voluntad”.
El Gobierno espera señales por parte del FMI y está negociando un cronograma específico para el resto del año. Nadie desea enfrentar una revisión que ponga en peligro la estabilidad cambiaria durante el mes de septiembre, tal como indica el esquema actual. Es evidente que la sequía frustraron las metas fiscales, monetarias y de acumulación de reservas tal como se habían previsto. ¿Se adaptará el nuevo programa a la magnitud del desastre climático que se estima le costará a Argentina alrededor de $17.000 millones?
Por ahora, el mercado está atento a cuántos dólares frescos conseguirá el Gobierno en esta negociación. A principios de año, Massa había mencionado que se necesitaban alrededor de $10.000 millones adicionales para atravesar el 2023 sin sobresaltos en el ámbito cambiario. En China, se lograron obtener $5.000 millones y las SIRAS denominadas en yuanes están en alta demanda. La competencia con el principal rival geopolítico del gigante asiático radica en conseguir la misma cifra que Massa trajo de Beijing.











