Argentina se enfrenta a un desafiante problema de escasez de efectivo que llevó al Gobierno a tomar medidas para abordar la creciente demanda. La Casa de la Moneda, encargada de la impresión de billetes, se encuentra en una situación de incapacidad para satisfacer la necesidad de efectivo en el país debido a la inflación y la ausencia de billetes de denominaciones más altas.
Para abordar esta situación, el Gobierno argentino llevará a cabo una licitación para importar aproximadamente 90 millones de billetes desde Alemania. Esta medida se suma a la importación de billetes desde otros países como Brasil, España y China debido a la falta de producción local suficiente.
La Casa de la Moneda puede imprimir entre 700 y 900 millones de billetes al año, lo que representa solo la mitad de la demanda del Banco Central. En el último año, se pusieron en circulación un total de 1.830 millones de billetes.
La distribución de billetes en Argentina es desigual, con una cantidad limitada de billetes de $2.000, mientras que los billetes de $1.000 son mucho más comunes. La falta de billetes de denominaciones más altas es un desafío significativo.
El costo de impresión de los billetes varía, con el millar de billetes de $1.000 costando US$107.76, y los nuevos billetes de San Martín alcanzando los US$120.33 por millar. El reto adicional es la negativa del Gobierno a introducir denominaciones más altas a pesar de las estimaciones de una inflación que se prevé en torno al 180.7% para 2023.
La escasez de billetes afecta no solo a la disponibilidad de efectivo, sino también al sistema bancario y los cajeros automáticos. Los bancos enfrentan desafíos para el almacenamiento y manipulación de grandes cantidades de billetes, y la falta de denominaciones más altas dificulta aún más la operación de los cajeros automáticos.
