El sábado pasado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tuvo una reunión con la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en Hiroshima, Japón. Durante esta reunión, Lula intercedió a favor de Argentina, enfocándose en la situación económica del país sudamericano. Según fuentes gubernamentales brasileñas, la situación de Argentina fue el tema principal de la reunión.
El gobierno argentino se encuentra actualmente en negociaciones con el FMI para adelantar los desembolsos programados para el resto del año. Estos desembolsos forman parte del programa de Facilidades Extendidas acordado por una deuda de US$ 45.000 millones contraída durante la gestión de Mauricio Macri. La intención de Argentina es obtener el apoyo del FMI para garantizar el flujo de fondos y estabilizar su economía.
Durante su participación en la cumbre del Grupo de los 7 (G-7) en Hiroshima, Lula expresó su preocupación por el impacto de la deuda externa en países como Argentina. En su discurso, destacó que el FMI no tiene en cuenta las consecuencias sociales de los ajustes económicos que exige a los países deudores. Lula afirmó que el endeudamiento externo ha causado una creciente desigualdad y que se requiere un enfoque más equitativo por parte del FMI.
El presidente brasileño, como único representante latinoamericano en el G-7, aprovechó esta plataforma para hacer un llamado a favor de Argentina. Hace unas semanas, Lula anunció públicamente su intención de interceder ante el FMI y el banco de los Brics para permitir que Argentina pueda disponer de reservas y mantener el flujo comercial entre ambos países.
Con su participación en la cumbre y su intervención a favor de Argentina, Lula busca generar apoyo internacional para ayudar a resolver la crisis económica que enfrenta el país vecino.
