A menos de tres meses de la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, Argentina está atravesando un evento significativo en su balanza energética, con un ahorro por importaciones que ya supera los u$s 550 millones, según informaron fuentes de la empresa estatal Energía Argentina (Ex Enarsa). Este logro es resultado de la infraestructura que permite llevar el gas desde Vaca Muerta al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Superávit energético en 2023
La proyección de la Secretaría de Energía sugiere que el año 2023 cerrará con un superávit en la balanza energética por un monto de u$s 100 millones. Aunque no se trata de una cifra abultada, es un acontecimiento significativo que no ocurría en más de una década y que señala un avance importante, especialmente considerando que el déficit energético fue uno de los mayores desafíos económicos durante el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
De acuerdo con las estimaciones oficiales del Ministerio de Economía, en 2023 se prevén importaciones de energía por u$s 7.474 millones, mientras que las exportaciones alcanzarán los u$s 7.574 millones, lo que resultará en un saldo positivo de u$s 100 millones. Este logro se atribuye a la disminución de los precios de las importaciones y al aumento en el volumen de las exportaciones de energía.
Perspectivas positivas para el futuro
Las perspectivas para el 2024 son aún más auspiciosas, ya que el Ministerio de Economía espera exportaciones energéticas por u$s 9.604 millones y importaciones por u$s 5.811 millones, lo que generaría un superávit comercial energético de u$s 3.793 millones. Esto se debe en parte a la finalización de dos obras clave: el Reversal del Norte y el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que permitirán llevar el gas de Vaca Muerta a siete provincias del centro y norte del país, sustituyendo las importaciones de gas de Bolivia, que son significativamente más costosas.
Las proyecciones más optimistas apuntan hacia el 2030, donde el Ministerio de Economía espera alcanzar un superávit energético de u$s 18.000 millones, situando al sector energético en una posición tan destacada como el agropecuario en la economía argentina. En este contexto, el Ministro de Economía, Sergio Massa, ha instado a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, a avanzar en el proyecto de ley de Gas Natural Licuado (GNL).
Desde el sector empresarial se subraya la importancia de esta ley para atraer inversiones millonarias necesarias en el sector del GNL. Postergar la legislación y esperar la estabilización macroeconómica podría llevar a perder una ventana de oportunidad crucial para el sector de los hidrocarburos, advierten desde importantes firmas consultoras que asesoran a empresas del sector.
Aunque las proyecciones para el futuro son alentadoras, los datos para este año indican que en los primeros ocho meses, la balanza de dólares en el sector energético fue negativa en u$s 1.111 millones. Este déficit se debe, en parte, a la disminución de los precios internacionales, a pesar de un aumento en las exportaciones en términos de volumen.
La vicepresidenta Cristina Kirchner reconoció recientemente que durante su segundo mandato se experimentó un déficit fiscal relacionado con una balanza energética negativa de u$s 6.000 millones. Atribuyó esto a la disminución de la exploración, explotación y producción de energía, así como al aumento de la demanda interna por parte de la industria y el comercio debido al mayor consumo. Sin embargo, expresó su optimismo por la contribución de Vaca Muerta y el Gasoducto Néstor Kirchner a la mejora de la situación.
