El pasado 1 de junio, John Cleghorn, director de Panamá Reptiles y activista de la vida silvestre, denunció un crudo maltrato animal que sacudió el país.
Se trata de un caso grabado y viralizado en redes sociales por un par de jóvenes, uno de ellos menor de edad.
Los adolescentes iban con una perrita doméstica, llamada Parita, y al tiempo de pasearla la lanzan a un río en el que un cocodrilo de gran tamaño ataca a la mascota.
En primera instancia el reptil no logra tragar al can, que desesperadamente trata de escapar de las feroces fauces.
Mientras la perrita trata de librarse y el cocodrilo de comerla, se oyen las risas de quienes la tiraron al agua.
Además menciona que estos lagartos asocian al humano como fuente de alimento por lo que “cuando ven a una persona se acercan por curiosidad y en busca de comida”.
La Fiscalía de Adolescentes de Panamá abrió una investigación desde el 2 de junio por delitos contra el ambiente en la modalidad de delitos contra animales domésticos. Una fundación de nombre “Amigos con Patas y Colitas” presentó también denuncia por el incidente y pidió identificar a los culpables.