Alberto Fernández viajó a Jujuy para despedir a Evo Morales y le hizo saber al gobernador radical Gerardo Morales que no iba a verlo en La Quiaca, tal como -según el gobernador- habían acordado.
Según La Nación, la comunicación oficial llegó a la gobernación en la noche del domingo. “La reunión en La Quiaca no se hace”, le informaron al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, desde el gobierno de Alberto Fernández, suspendiendo de ese modo un cónclave pautado días antes de la llegada del Presidente a Jujuy desde Bolivia.
Según fuentes del gobierno radical de Jujuy, la comunicación presidencial molestó al gobernador, que había pautado el encuentro con Fernández la semana pasada en Casa Rosada, ni bien el Presidente confirmó su viaje a la asunción de Luis Arce (MAS) como nuevo mandatario del vecino país. “Nunca se había pautado la reunión con el gobernador”, contestaron a LA NACION desde la delegación que acompañó al Presidente, minutos antes de emprender el vuelo de regreso a Buenos Aires.
La mala noticia llegó en un momento de reconstrucción del vínculo: luego de distintos roces vinculados con la política y el combate a la pandemia.
Desde el radicalismo especulan con una “presión” doble, no solo del kirchnerismo duro sino del propio expresidente Evo Morales, que sí cenó con el Presidente la noche del domingo, antes de su cinematográfico regreso a Villazón, Bolivia, desde la frontera argentina.
“Le dijeron que no fuera a La Quiaca, que en otra oportunidad se verán con el Presidente en Jujuy”, comentaron cerca del gobernador, que se negó a hacer comentarios sobre el asunto.